350 años del TESTAMENTO de san Juan eudes

Testamento de san Juan Eudes

“en unión con esta fe declaro ante el cielo y la tierra que quiero morir como hijo de la santa Iglesia, católica, apostólica y romana y como fiel creyente en todas las verdades cristianas que ella enseña”

Estamos celebrando este 24 de abril, en la fiesta de Santa María Eufrasia, fundadora de las hermanas de la Caridad del Buen Pastor e hija espiritual de san Juan Eudes, los 350 años de un escrito de gran importancia en la vida de san Juan Eudes y en la vida de todos los miembros de la Congregación: su Testamento.

No es extraño pensar esto si entendemos lo que significa un testamento para la vida de una persona y para aquellos que son beneficiarios de éste. Como sucede en la vida diaria, un testamento encierra deseos, voluntades, decisiones y todo aquello que resulta importante para una persona sobre todo al ir culminando su vida.

La palabra TESTAMENTO tiene varias connotaciones; según algunos, proviene del latín ‘Testario mentis’ (testimonio de la voluntad) esto significa que un testamento es el testimonio (generalmente escrito) de la voluntad de una persona en el último momento de su vida. Para otros, la palabra proviene de Testis, en cuanto testigo de un deseo de una persona. Sea cual sea el origen, lo que nos deja claro es que se trata de un acto en el que una persona quiere dejar clara su última voluntad en diversas materias (bienes, decisiones, deseos, etc.).

A partir del derecho romano de los primeros siglos de nuestra era, el testamento era un acto jurídico por medio del cual una persona deja sus últimos deseos y dispone del futuro de sus bienes en favor de una o varias personas a quienes deja las cosas más preciadas. El Testamento sería el acto (documento) en el que se atestigua la voluntad de la persona. Sin embargo, hay que resaltar que en muchas ocasiones no fue tanto el acto jurídico cuanto la expresión de la última voluntad de alguien para dejar claro algún acto de relevancia. Sobre todo, en los casos de familia o de comunidades religiosas.

Esta idea pasó a todo el mundo occidental y por supuesto en la Francia del siglo XVII se introduce como parte del derecho jurídico en el que se desenvuelve la época en que vivió san Juan Eudes. Tal vez sería bueno recordar como Juan Eudes utiliza términos jurídicos para designar algunas realidades importantes en la vida cristiana. Caso concreto puede ser el de ‘contrato’ para hablar del bautismo y que comporta, como en el mundo civil, ciertos compromisos de parte de una o varias partes que se ponen de acuerdo. (Cf. Bermúdez Nicolás, El bautismo en la doctrina de SJE pág. 83-84)

La idea del testamento es, en definitiva, salvaguardar la última voluntad de la persona (testador) y pueda ser cumplido a cabalidad al momento de su muerte. Así lo entendió san Juan Eudes y así lo quisieron vivir sus hermanos de comunidad. Y en este sentido, más que lo jurídico, prepondera para Juan Eudes el elemento ESPIRITUAL, pues su escrito va más orientado a dejar anotado el deseo espiritual para él y para sus hermanos.

Contexto en el que escribe este documento

Corría el año 1671 y como nos dicen sus biógrafos, era un tiempo de relativa prosperidad, no sólo para Francia sino para san Juan Eudes. Ya había fundado 5 seminarios en su ingente tarea de formador de seminarios y gran cantidad de misiones que lo dieron a conocer incluso en la corte del rey.

Hacia marzo de ese año el recién nombrado arzobispo de París, Monseñor Francisco de Harlay de Champvallon pidió al padre Eudes una misión en la corte del rey, en el mismísimo palacio de Versalles, con ocasión del jubileo por su ascensión al pontificado del papa Clemente X (19 de abril de 1670). Sin demora alguna, busca entre sus hermanos la ayuda para dichas misiones, entre ellos se destacan el padre Blouet de Camilly y el padre Hubert

Paul Milcent nos describe muy claramente cómo era en ese tiempo la geografía de Versalles. Es todavía una aldea. No es la suntuosidad de ahora, pero comenzaba a crecer y a construirse alrededor nuevos edificios. (Cf. Milcent, Paul. SJE Un artesano de la renovación cristiana del siglo XVII pág 271 traducción de Álvaro Torres)

Juan Eudes y los misioneros comenzaron el domingo de Ramos su trabajo misionero. Podemos recordar de esas misiones los discursos que Juan Eudes dio en presencia de los reyes. Sus biógrafos resaltan la gran predicación que tuvo estando presentes tanto el rey como la reina y cómo fueron tocados los corazones de muchos. De hecho, en el Memorial de los Beneficios de Dios él mismo va a recordar esta hermosa experiencia:

Durante el jubileo de 1671, el arzobispo de París nos envió a hacer una misión en Versalles; fue pedida y costeada por el rey. Durante ella, ante el Santísimo expuesto, Dios me concedió la gracia de hacer dos vehementes exhortaciones ante la Reina, sosteniendo en la mano la custodia, y una tercera, aún más valerosa, delante del rey (MBD 93)

Después de su trabajo en Versalles, regresa a París para saludar a Monseñor de Champvallon, quien le felicita por el éxito de las misiones.  El obispo lo nombra jefe de todas las misiones de su diócesis, dándole todos los poderes necesarios para tal efecto.  Según Boulay, ni los aplausos de la corte, ni los reconocimientos del obispo hicieron que Juan Eudes perdiera el norte y se vanagloriara. Penetrado de su gran miseria, lo que siempre pensaba era anonadarse a sí mismo y rendir a Dios todo el honor y toda la gloria.

Y para entrar aún más en ese sentimiento de humildad y de anonadamiento, y no perder el rumbo, decide hacer su testamento sin todavía encontrarse enfermo, pero con la decidida voluntad de abandonarse totalmente en Dios para que se haga su voluntad desde ahora y en el último momento de su vida. (Cf Boulay, Vie du Vénérable Jean Eudes, Tomo IV pág. 206-207)

Es tiempo de Pascua, tiempo en que se celebra la Resurrección de Jesús. Y es aquí cuando decide elaborarlo. Es un 24 de abril cuando escribe su testamento dejando plasmado el último deseo para él y en favor de sus hermanos de comunidad.

Podemos encontrar estas maravillosas letras de su testamento en las obras completas de san Juan Eudes en el tomo XII. Allí se especifican en 21 artículos los últimos deseos del santo.

El Testamento es de espíritu práctico y previsivo Se trata de un Testamento de alguien unido totalmente a Dios y que no quiere olvidar a ninguno de los que deja tras de sí. (Cf. Jacques Venard Introducción al testamento de san juan Eudes en las obras escogidas)

Podemos imaginar los sentimientos con que escribe este documento. Su deseo, su ferviente anhelo, sus regalos para la congregación, su voluntad al finalizar su vida. Estamos hablando de un Juan Eudes ya mayor que aún en plenitud de sus facultades, entiende que está llamado a vivir sus últimos años con la claridad que siempre vivió, unido a Jesús y a María. Este testamento, nos dirá el padre Boulay, es un admirable testimonio de su piedad y de su religión, sobre todo hacia Nuestro Señor y a su santísima Madre (Cf Boulay op cit. Pág 456)

Contenido del Testamento

El escrito breve, pero a la vez bien definido está dividido en 21 artículos que señalan los elementos principales que Él considera debe dejar para aclarar su última voluntad.

1.- Se encomienda y entrega a su Salvador y para dar gloria de Dios queriendo morir como hijo de la Iglesia católica y fiel a todas sus verdades. Recordemos que en su obra Vida y Reino de Jesús, presenta los ejercicios de preparación a la muerte, que él mismo quería realizar.

2.- En fidelidad al voto de Martirio, acepta morir de la forma que Dios le plazca

3.- Pide perdón por cualquier mal que haya ocasionado a sus hermanos

4.- Así como pide perdón, también perdona a todos los que lo hayan ofendido

5.- Señala los últimos deseos en cuanto a los sacramentos. Desea recibir el viático y unción de los enfermos en uso de razón

6.- Si no está en uso de razón ruega a todos los santos que suplan cualquier falta para que todos los actos de su corazón sean una alabanza a Dios. Con hermosas frases señala sus deseos: “Declaro que es mi deseo que todos los latidos de mi corazón y todas mis respiraciones, sean otros tantos actos de contrición, de conformidad, de alabanza y de amor hacia mi Creador y mi Salvador”

7.- Desea entregar su vida de la misma forma que Jesús entregó su alma al Padre.

8.- Pide si es posible, ser enterrado en la iglesia de Caen dedicada al Corazón de Jesús y María, pero que se haga la voluntad de Dios en lo que respecta a su cuerpo.

9.- Pide ser enterrado con el hábito blanco de la divina Madre (un hábito que portaba en honor a los tres grandes privilegios de la santa Virgen: su concepción inmaculada, su maternidad divina y su virginidad perpetua), el ceñidor de seda, el corazón adornado con una cruz de seda roja, el alba destinada para eso (que portaba una S en el cuello, en señal de su unión a todos los sacrificios que se ofrecen en el mundo), además, el rosario y el santo escapulario (como marca de la participación eterna que el deseó tener  por el honor dado a Dios en la orden del carmelo y la confraternidad del Rosario), el testamento y el contrato con la virgen y la santa imagen de la Virgen teniendo a su hijo, hecha con reliquias (Cf. Boulay, Op. Cit pág 455)

10.- Se da al corazón de Jesús y María y lo regala a la Congregación para que sea la herencia, el tesoro, el patrono principal, el corazón, la vida y la norma de los verdaderos hijos de esta Congregación’. Vemos aquí a un ya mayor Juan Eudes (70 años) que todavía goza de buena salud y que en su testamento deja bien marcada la importancia de su devoción al corazón de Jesús y María, como un solo corazón y como algo de suma importancia para su vida y para su congregación. (recordemos que todavía no está aprobada la liturgia de la fiesta del corazón de Jesús pues será en el año de 1672 cuando lo haga aprobar por los obispos e invite a sus hermanos a celebrar esta gran fiesta).

Como bien nos dice su biógrafo, el padre Eudes ha recibido también la misión de predicar el corazón de Jesús y el corazón de María y de hacerlos conocer al mundo entero, de establecer en su honor las prácticas y fiestas y de agrupar alrededor de los altares las almas fervientes y devotas. Pide a sus hijos continuar esta misión. (Cf. Boulay Op. Cit. pág 191)

11.- También da este corazón a las hermanas de nuestra señora de la Caridad, a las Carmelitas y a sus hijos espirituales.

12.- Pide por su sucesor para que se guíe por este corazón

13.- Pide que se sigan las reglas y constituciones de la congregación

14 al 16.- Da instrucciones sobre las reliquias que tiene

17 al 19.- Instrucciones a sus sucesores en materia de gobierno y cuidado de sus cosas (sermones, libros, etc.)

20.- Pide a su superior tener en gran estima y aprecio al señor Ricardo le Moine, quien en vida ayudó mucho al santo

21.- Se da a Jesús y a la Virgen para unirse a todas las santas disposiciones con las que ellos han muerto.

AÑADIDOS EN EL TESTAMENTO:

El 1 de marzo de 1672 hace un añadido con respecto a Ana le Hagáis, Madame de Camilly señalándola como superiora de la CJM y le da la imagen de la virgen y una reliquia de la cruz

En 1678 en una carta enviada a las hermanas, les señala que en su testamento desea donar su corazón a ellas, pero el 18 de septiembre de 1678 decide que mejor sea enterrado junto con su cuerpo en la capilla de Caen.

Como vemos, el testamento es eminentemente un tratado ESPIRITUAL; se trata de una serie de artículos que condensan todo el querer del santo al momento de su partida a la casa celestial. No podemos estar más en acuerdo con el biógrafo Boulay, al decir que este testamento ‘de un extremo al otro respira el perfume de la más dulce piedad (Boulay Op. Cit. pag.189)

Tal como Juan Eudes lo hiciera, todos los eudistas estamos invitados por nuestras constituciones a realizar nuestro testamento, aunque quizás hoy no se entiende como un testamento espiritual, ciertamente es un maravilloso ejemplo que se puede rescatar, recordando la opción que Juan Eudes vivió en su vida y que dejó marcada para la hora de su muerte.

Estos 350 años, de haber escrito este hermoso texto sólo nos llevan a pensar en la profundidad espiritual de un hombre que vivió al servicio de la iglesia CORDE MAGNO ET ANIMO VOLENTI.

P. Martín Solano, cjm

 

Link para leer el TESTAMENTO DE SAN JUAN EUDES:

https://eudistasdevenezuela.com/testamento-de-san-juan-eudes/

 

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