El carisma congregacional es el dejado por san Juan Eudes, esto es, ser FORMADORES Y EVANGELIZADORES. Por eso los eudistas, fieles a nuestra herencia, trabajamos en la renovación de la fe del pueblo cristiano a través de las misiones y parroquias, y también como formadores trabajamos en los seminarios para formar los futuros sacerdotes y dando retiros al clero para que continúen con su formación permanente
Este doble dinamismo de Formación y Evangelización nos permite trabajar en una amplia gama de obras en las que el señor nos ha dispuesto: casas de formación, casas de retiros, misiones itinerantes, formadores de seminarios, formadores de jóvenes y adultos, acompañamiento a grupos, medios de comunicación, etc., además de las tareas pastorales propias del ministerio sacerdotal.