Una Cuaresma que sana


Una Cuaresma que sana

Tiempo de Cuaresma

¡Animo, hijo; tus pecados quedan perdonados! Mt 9,2

En este tiempo en el que vivimos de “tanta preocupación y en el que todo parece frágil e incierto, hablar de esperanza podría parecer una provocación», reconoce el Papa Francisco en su mensaje de Cuaresma.

Pero la Palabra de Dios nos abre el horizonte para seguir creyendo y esperando en esa promesa de salvación que el mismos Jesús nos trajo, bien sabemos que el tiempo de cuaresma es tiempo de arrepentimiento y sanación, es por eso que hoy necesitamos ser sanados del virus del pecado que nos puede consumir, el relato del evangelio de Mateo  9, 1-7 encontramos esta experiencia hermosa de sanación física y espiritual que hace Jesús con el Paralítico, Jesús mira a profundidad el corazón de este hombre y es así como se atreve en primer lugar a perdonar sus pecados y luego lo invita a levantarse de la camilla, esto es un hecho importante, porque a Jesús antes que milagro físico le importa es la salvación, surge una pregunta ¿busco a Jesús para que me sane o me salve? Respuesta: brotará de tu experiencia de encuentro con Jesús, es por eso que es necesario armar un itinerario para que esta cuaresma sea sanadora.

Es posible, experimentarla en la oración y a partir de la experiencia del perdón recibido de Dios y ofrecido a los demás.

En la escuela de espiritualidad de san Juan Eudes se nos ofrece un pensamiento, una idea, una palabra, que puede inspirar tres actitudes para hacer el camino cuaresmal centrando toda nuestra vida en Jesucristo para ser sanada desde el perdón y la misericordia.

En este caminar es necesario que cada uno deba tener una profunda contemplación del misterio de la gloriosa Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Contemplar y adorar el misterio del  Amor, esta es como la primera actitud.

Por tanto después de haber contemplado ese misterio, es necesario el ofrecimiento generoso de toda nuestra existencia siguiendo el camino de Jesús que cumple la voluntad del Padre.

Finalmente es necesario que haya una comunión profunda, el amor oblativo, con los hermanos más necesitados que viven de modo particular la pasión, muerte del Señor.

En estas tres actitudes encontramos todas las realidades que condicionan nuestra vida: el desierto y la tierra prometida, enfermedad y sanación, el pecado y la gracia, la cruz y la resurrección, la amargura y la alegría, el dolor y la transfiguración, la muerte y la vida.

Oración  para el comienzo de la cuaresma 

Jesús, Santificador de los tiempos, te adoro como el autor del santo tiempo de cuaresma y como la fuente de la gracia que en él se encierra. Adoro los designios que en esta cuaresma tiene sobre la Iglesia, sobre esta comunidad y especialmente sobre mí. Es tiempo de conversión, de gracia y bendición, durante él me quieres conceder favores especiales, haz que no ponga obstáculos a tu acción. Amén 

P. Carlos Rivero, cjm

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