Juan Eudes y la Virgen María


San Juan Eudes y la Virgen María, la Inmaculada Concepción

Inmaculada concepción

Hoy no es fácil para muchos cristianos fervorosos hablar de María, ya que ella no tiene lugar  en  sus  vidas porque creen restarle fidelidad a Jesús, pero la importancia dada a la Madre de Jesús por Juan Eudes nos compromete a no  olvidar  que su Hijo es el centro de todo, nos enseña a interiorizar  nuestra  mirada  tanto  sobre María como  sobre Jesús. ¡Prodigio admirable! El corazón de Jesús es el corazón, el alma, el espíritu y la vida del corazón de María. No tiene éste actividad ni sentimiento sino por el corazón de Jesús. A su vez, el corazón de María es  la fuente de la vida del corazón de Jesús, residente en sus benditas entrañas, como el corazón de la madre es el principio de la vida del corazón de su hijo.

Juan Eudes vino al hogar de Isaac Eudes y Martha Corbin el 14 de noviembre de 1601, luego de tres años de matrimonio. Su llegada fue mirada por ellos,  y más tarde por él mismo, como gracia especial de Dios y fruto de la intercesión maternal de María.

Juan Eudes fue un gran  devoto de la Santísima Virgen, esto lo manifiesta  por  ejemplo  con el conmovedor  gesto, siendo adolescente hizo voto de castidad y lo significó colocando un anillo de compromiso en una estatua de la Virgen María. Fue admitido en la congregación de nuestra Señora en el colegio de los padres jesuitas en Caen en 1618, año en que Dios le otorgó gracias señaladas por intercesión de su santa Madre.

Consagrarse a la Virgen María, es cuestión de fidelidad, humildad, libertad, sabiduría, un medio para darlo todo por los servicios que nos presta la Santísima Virgen para llevarnos a Jesús y esto fue bien entendido por Juan Eudes cuando hace referencia a algunos acontecimientos sucedidos en 1641 que señalaron rumbos definitivos en su vida y en su obra. Son ellos los siguientes:

-“en este año de 1641, en la octava de la Natividad de  la Santísima Virgen, Dios me hizo la gracia de formar el designio del establecimiento de nuestra Congregación”.

-“en este mismo año de 1641, en el mes de agosto, me concedió Dios uno de los mayores favores que haya recibido de su bondad infinita. En efecto, en ese tiempo tuve la dicha de empezar a conocer a la hermana María des Vallées. Después de Dios, me siento agradecido por este favor con la Virgen María, mi Señora digna de todo honor y mi muy querida madre. Jamás podre manifestarle cumplida gratitud”.

-“también fue en 1641, 8 de diciembre la fiesta, la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen cuando Dios me concedió la gracia de comenzar la fundación que va a durar hasta el presente en su forma primera, de la Orden de Nuestra Señora de la Caridad. Institución que se encargará de la acogida y recuperación de las mujeres víctimas de la prostitución. La fundación de Nuestra Señora de la Caridad lo coloca decididamente del lado de la bondad divina.

En 1643, por exceso de bondad de Dios y de su santísima Madre se funda la pequeña Congregación de Jesús y María; acontecida el 25 de marzo, día en que el Hijo de Dios se encarnó y la Virgen fue constituida Madre de Dios. En mano de María fue colocado ese gran proyecto.

A la Trinidad Santa, a la humanidad de Cristo Jesús, a la fecundidad de la Virgen Madre, se dé alabanza sempiterna, honor y gloria por siempre jamás. Amen

Nancy Estévez

Asociada Eudista de Temblador

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