Tiempo de adviento

ADVIENTO UN NUEVO TIEMPO UNA NUEVA OPORTUNIDAD

¡Ha llegado el adviento!

y con él, un nuevo año litúrgico. Es necesario recordar el significado de este tiempo para el cristiano y por ello es importante saber que la palabra adviento significa “venida” y en nuestra connotación hace referencia a la venida de Jesucristo, tanto aquella que fue en un humilde pesebre, como la llamada parusía, que será la segunda venida del Señor. Este tiempo importante que marca el inicio del nuevo año litúrgico, tiene lugar cuatro semanas antes de la navidad, y su esencia radica en la preparación, el arrepentimiento, el perdón y la esperanza.

Hay tres aspectos importantes que podríamos tomar en cuenta para vivir plenamente este momento; recordar el pasado, vivir el presente y preparar el futuro.

Recordar el pasado, trayendo a nuestra mente el hecho de la natividad, el nacimiento de un Dios que se hace humano y viene a este mundo en la humildad de un pesebre, despojado de toda riqueza, para mostrarnos que siente y padece toda nuestra propia condición humana pero asimismo se hace mas relevante el actuar y sentir desde el amor. Vivir el presente, sin importar la adversidad, solo teniendo en cuenta que la voluntad de Dios no te llevará a donde su gracia no lo permita, y es; al mismo Dios, a quien debemos ver en todo y en todos. Cuando somos capaces de encontrar, aceptar y comunicar el amor del Señor en todos los ámbitos de nuestra vida, sabemos que vivimos plenamente y es ese mismo amor es el que llena cualquier vacío que las circunstancias nos puedan causar. Finalmente, preparar el futuro; es decir, prepararnos para la parusía, la segunda venida del Señor. Teniendo en cuenta que no sabemos cuándo sucederá, es importante que nuestra vida esté libre de todo aquello que no nos permite estar en comunión con Dios.

Por consiguiente, como Eudistas, viviendo la espiritualidad heredada por nuestro padre fundador, es preciso conocer su visión y su enseñanza para vivir este tiempo de adviento. San Juan Eudes nos invita a conmemorar los misterios de la vida de Jesús, aquellos que van directamente relacionados con este momento, para ayudarnos a profundizar en el verdadero mensaje que el adviento tiene para cada uno de nosotros, y que de cierta manera facilitará y complementará el poder vivir estas semanas bajo los tres aspectos anteriormente mencionados.

Y así bien, siguiendo el paso a paso y la continuidad de los misterios contemplados y profundizando en cada uno de ellos a lo largo de las cuatro semanas en las que se extiende el adviento, podremos renovarnos, vivir en la gracia, la misericordia y la voluntad del Señor.

Iniciando con la rememoración de la promesa divina de un Mesías Salvador, aquel que una vez estuvo en este mundo para darnos ejemplo de vida y el mismo a quien esperamos (Lc. 2, 25.36.38; Is. 45, 8). Así pues, recordamos como el Padre Celestial prepara un hogar en el mundo para su hijo Jesús, (Lc. 1, 26-27; 2, 4-5; Mt. 1, 18). De manera muy especial escoge a María para tan importante misión; y ella, aceptándola, espera con amor la llegada del Señor. (Lc. 1, 38; 2, 4-5). De igual forma, encomienda a José el cuidado de su Hijo Jesús y junto a él y María, nosotros también estamos a la espera del Salvador. (Mt 1, 19-21). Finalmente, estaremos conscientes de que con el recuerdo y la rememoración de la venida de Jesús en el hogar de María y José; nos estaremos preparando también para la venida gloriosa del Señor a final de los tiempos. (Mc.14, 61-62; Ap. 1, 7).

Sin duda alguna, estas meditaciones nos ayudarán a poder vivir plenamente el tiempo litúrgico del adviento; especialmente en la actualidad, el día a día que enfrentamos, los momentos en los que solo podemos ver tragedia, cuando Dios nos pide esperanza y confianza en Él.

La tormenta pasará y vendrá la calma, pero lo más importante es que; sea en tormenta o en calma, nuestra confianza esté puesta en Dios y sepamos reconocerle en nuestras vidas. Que a la luz del espíritu santo podamos adentrarnos en la profundidad de este tiempo, podamos ver la grandeza y majestuosidad de un Dios de infinito amor, para que nuestra vida sea una continuidad de la del mismo Jesucristo y nunca nos cansemos de amarle a Él, que jamás será suficientemente amado.

Oración

“Jesús, te adoro en el instante de tu encamación. ¡Qué sentimientos de amor, de alabanza y de glorificación tuviste, desde tu nuevo ser de hombre, en este momento feliz, hacia tu Padre celestial! Dijiste entonces: Aquí vengo, Padre, para hacer tu voluntad. Jesús, adoro los primeros actos de afecto de Hijo hacia tu Madre santísima, María Virgen. Bendito seas por las obras maravillosas que obraste en ella. Asóciame a todo el honor y el amor que desde el primer instante de tu vida en el mundo tributaste a María; que yo participe de ese amor de hijo. Jesús, en ese primer instante también pensaste en mí y me empezaste a amar. Ya entonces tuviste el designio de trazar en mi corazón tu imagen de Verbo encamado y de prolongar en mí, de manera inefable y misteriosa, tu encamación, uniéndome al misterio de tu persona. Concédeme llevar siempre en la tierra tu imagen. Amén.”

Viva y Reine Jesús y María, en nuestros corazones.

 

María de los Ángeles Zambrano Solano, Misionera Eudista

7 comentarios en “ADVIENTO, Un nuevo inicio, una nueva Oportunidad”

  1. Gracias por la reflexión y enfocarlo a ma espiritualidad, es primera vez que leo desde el carisma Eudista. Y gracias, por recordar lo importante de esta preparación a la venida de Cristo en nuestro corazón, donde Él debe Vivir y Reinar junto a su Madre. Gracias y Dios te pague, conectados en la oración.

  2. Agradecemos a la misionera María de los Ángeles Zambrano Solano por su artículo que nos invita a prepararnos a la venida del Señor. Que Dios nos bendiga.

  3. Gracias María. El Adviento nos prepara para recibir a Jesús humanado, que desde el humilde pesebre dónde nació nos hace recordar el inmenso amor de su Padre Celestial por cada uno de nosotros.

  4. Jose Antonio Sabino Reyes

    Gracias María por esta reflexión compartida, que anima e invita a confiar en medio de esta realidad tan calamitosa para la mayoría de los venezolanos como bien dices: «La tormenta pasará y vendrá la calma, pero lo más importante es que; sea en tormenta o en calma, nuestra confianza esté puesta en Dios y sepamos reconocerle en nuestras vidas» y sobretodo en la vida de nuestros hermanos más desfavorecidos y empobrecidos.

  5. David J. Rodríguez González cjm

    Haz, Señor, que abandone la alforja que hasta ahora he llevado. Ayúdame a mirar en el horizonte aguardando tu aparición, fortalece mi fe. Que yo camine junto a mis hermanos poniendo cimientos para la liberación

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