El proceso de formación en Venezuela

Casa la Misión

La formación de buenos obreros del evangelio en Venezuela, para la vida sacerdotal, entre muchas cosas que engloba la formación misma, debemos entenderla desde la perspectiva de Libertad con Responsabilidad. El candidato a la vida sacerdotal ha de entender que se le forma para una tarea muy noble, exigente y delicada; es decir: como un pastor según el Corazón de Dios. Y esto demanda que dé muestras que durante su vida de ministerio se sienta que tiene una responsabilidad grave ante Dios y la Iglesia. Ser pastor con libertad y responsabilidad implica que debe entender que pastoreará al rebaño sin presión de autoridades y la Jerarquía, sin presión ni coacción de ninguna naturaleza, pero sin mediocridades, porque ahí sí que cabría decirle a ese pastor (parafraseando el juramento que se le decía a los que asumían la presidencia de la república) la expresión: que “Dios y la comunidad de Fe lo demanden”.

Una formación integral exigirá, dar muestras de idoneidad en las dimensiones académica, humana, comunitario, espiritual y pastoral, pero no como una obligación sino como una convicción.

Quiero citar aquí el objetivo general de la etapa pastoral o Síntesis Vocacional, de la dimensión humana en el plan de formación eudista, a saber: “Favorecer una profunda experiencia donde el candidato dará prueba de un suficiente grado de madurez en la libertad, en la afectividad y en el don de sí mismo como camino y contenido fundamental de la auténtica realización personal”. Se trata de que en todo el proceso de formación se debe exhortar a vivir la vida de pastor en espíritu de Libertad con Responsabilidad; debe ser un continuo y constante consejo, para que cale en lo más profundo ser del formando. Esto es una idea de ayer y de hoy; pero en este tiempo reviste de importancia capital por algunas quejas que han llegado a nuestros oídos de sacerdotes que les cuesta atender a la grey. Eso no fue lo que se nos enseñó en la casa de formación, pero sucede porque seguramente en el fondo no había una total disposición de entregarse y gastarse en el pastoreo en una entrega total. Ya se lo decía Nuestro Señor al Apóstol Pedro: “Pastorea mis ovejas”, cf. 21,15-25.

A veces formadores después de un duro y abnegado trabajo quedan con la desilusión de haber arado en el mar, como lo dijo el libertador una vez, al ver a los nuevos ordenados en actitudes de intereses personales, de búsqueda de honores, de enriquecerse y deseos de confort. Ello obedece a que no hubo una real conversión, y bueno es que también la persona abandona sus convicciones y se echa a perder; y es donde juega un papel muy importante la formación permanente en la que hay que machacarle el deber ser, ante Dios, de ser un Pastor según el Corazón de Dios

Hay que volver una y otra vez sobre esta idea, para que cale en el Corazón, así como la gota que cae y cae en la roca hasta que al fin hace mella. En la formación en Venezuela, esta idea debe ser un norte; porque se trata de un eudista que luego que sale de la casa de formación se enfrentará a un apostolado sin fiscalizaciones, claro está que con exhortaciones a no caer en las tentaciones antes mencionadas. En la formación permanente se debe evaluar en comunidad el trabajo pastoral de ese recién ingresado de la formación para ver si en realidad lo hace a gusto y en Libertad con Responsabilidad. Ojo, no se trata de fiscalización, sino de evaluación. También el trabajo Pastoral en las catequesis y sitios de misión en el seminario se evaluarán desde esta perspectiva; porque de lo contrario estaremos formando más que pastores a unos funcionarios, que de corazón y sentimiento no van a conducir a la grey en el futuro. Citó aquí a 1 Pe 5,1-3 en que el apóstol nos exhorta a apacentar el rebaño de Dios con gusto, con amor.

Se entiende que desde que el joven, o vocación tardía si se da el caso, expresó que quería ser sacerdote, ya estaba en su corazón el deseo de servir y realizarse como sacerdote. Pero vuelvo a la idea de que tendemos al viejo Adán, y queremos hacer de nuestros futuros pastores hombres nuevos, sin las malas inclinaciones del hombre viejo. De aquí la necesidad imperiosa de pedir al dueño de la mies, con mucha oración, demasiada oración, para que destierre del corazón de nuestros formandos las malicias y picardías que puedan albergarse allí; y que como resultado aflorarán después en situaciones de escándalo. Ya después si actuarán no en una libertad, sino en un libertinaje. Una gran aliada en formación integral es la madre de los sacerdotes, bajo la advocación de la Rosa mística, a la Bienaventurada siempre Virgen María; para pedirle que los/nos haga mansos humildes y castos. Sí, ella juega un papel imprescindible en formación de Jesús en nuestros Corazones, nos hará buenos, santos porque es La Esposa de Dios Espíritu Santo, que es el que santifica. Es esta una de las invocaciones en las preces de desagravio ante Jesús sacramentado: “danos sacerdote Santos”.

Pero como la Libertad es algo muy fundamental en la persona deseamos inculcar el valor en nuestros seminaristas, para que amen el rebaño que se les confiará, y en el amor cristiano no habrá más que deseo de gobernarlo en un futuro en la Plena Libertad y responsabilidad, llevándolo como dice el salmo 23 a buenos Pastos y aguas tranquilas.

En el proceso de formación hoy como ayer y siempre y en todas las latitudes esta es una idea central que siempre debe prevalecer.

P. José Toribio Lacruz

Director espiritual de la casa de formación la Misión

2 comentarios en “El proceso de formación en Venezuela”

  1. Agradecemos al Padre Toribio por ayudarnos a descubrir la formación de los futuros sacerdotes eudistas de Venezuela. Que Dios los bendiga

  2. Maria Gisela Serrano de Torres

    Dios bendiga al Padre Toribio, leí con gran atención ese artículo y me lleno de una gran alegría, el Padre Toribio es un gran Sacerdote, dios lo bendiga, esta en oración conmigo todas las tardes, gloria a dios y de una gran ayuda espiritual y de salud. Dios lo cuide y le de la Salud.

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