“Llamas sagradas del Corazón de mi salvador, venid a encender mi corazón y el de todos mis hermanos”.

Corazón de Jesús

Fiesta del sagrado Corazón de Jesús.

En el contexto de este día de júbilo la Congregación de Jesús y María de los P. Eudistas celebra la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Acontecimiento sobresaliente en la vida espiritual y pastoral del P. Eudes, y sobre todo fecha histórica para la Iglesia Universal al conmemorar hoy los 350 años de haberse instituido oficialmente la litúrgica en honor al Sagrado corazón de Jesús. Iniciativa inspirada por el Espíritu; un 20 de octubre de 1672 en las instalaciones de los seminarios de Caen, Coutances, Lisieux, Evreux y Rennes se llevó a cabo este gran acontecimiento de Gracia. Pronto varias iglesias particulares y numerosas congregaciones religiosas la adoptaron y la llevaron fuera de Francia. “Fue así como la Hoguera del amor divino empezó a encender el mundo entero”.

UN POCO DE HISTORIA

Desde años atrás venia el P. Eudes preparando paciente y diligentemente el texto de la Liturgia y el oficio divino en honor al divino corazón de Jesús. Podríamos decir hoy, que se sintetizaban allí fructíferos años de Oración, reflexión y experiencia de vida cristiana no sólo en Él sino también en quienes se beneficiaban de su guía espiritual.

Primero había sido la fiesta del corazón de María en 1648, la Madre que lleva en su entraña y en su corazón al Hijo, había abierto el camino para este gran acontecimiento.

En carta jubilosa del 29 de julio de 1672 Juan Eudes, (3 meses antes) invitaba a sus hermanos a prepararse para esta fiesta. Cito, “Es gracia inexplicable de nuestro amabilísimo Salvador el haber dado a nuestra Congregación el Corazón admirable de su Santísima Madre; pero su bondad ilimitada no se ha detenido allí: nos ha dado su propio Corazón, para ser, con el de su gloriosa Madre, el fundador, el superior, el corazón y la vida de esta Congregación. Nos ha hecho este regalo desde el nacimiento de la misma. Si bien hasta hoy no hemos celebrado una fiesta especial del Corazón adorable de Jesús jamás hemos separado dos realidades que Dios ha unido tan estrechamente: el corazón augusto del Hijo de Dios y el de su bendita Madre”.

Los textos litúrgicos del P. Eudes La misa y el oficio del día y de la octava de la fiesta del corazón de Jesús fueron editados en 1672 y en 1676 sin cambios. En estos textos, en prosa o en verso, el corazón de Jesús nos revela el amor del verbo encarnado y redentor, como objeto de contemplación, término de nuestro culto, poderoso medio de santificación. Los beneficiarios del amor de Cristo son primero el Padre y el Espíritu: “Salve, corazón único del Padre y del Hijo, origen del Espíritu Santo, lazo de la tierra con el cielo”. Jesús dio su corazón a María y de un mismo corazón la Madre y el Hijo han cooperado en la salvación del mundo. En cuanto a nosotros, el Padre nos amó primero, dándonos a su Hijo. Jesús nos da todo lo que su padre le ha dado, pero sobre todo nos da su propio corazón; nos da la eucaristía para permitirnos amar. Finalmente, el Espíritu para enseñarnos amar.

Hoy podríamos preguntarnos ¿cuáles son nuestros principales actos de culto hacia el corazón de Cristo? Nuestros deberes hacia este adorable corazón son adorarlo, alabarlo, bendecirlo, glorificarlo y darle gracias; pedirle perdón por todo lo que ha sufrido por culpa de nuestros pecados, ofrecerle en reparación todas las alegrías que le han sido dadas por aquellos que lo aman y todas nuestras aflicciones aceptadas por amor a él, y finalmente amarlo con fervor.

Debemos hacer también uso de este corazón, ya que es nuestro: el padre eterno, María y Jesús mismo nos lo han dado para que sea nuestra hoguera de amor que purifica, que ilumina, que deifica, para ser nuestro refugio en nuestras necesidades, nuestro oráculo en nuestras dudas y dificultades. Ellos nos lo han dado no solamente para que sea el modelo y la regla de nuestra vida, sino para que sea nuestro propio corazón¸ a fin de que, con este gran corazón, podamos rendir a Dios y al prójimo todos nuestros deberes.

Uno de los gestos de Misericordia que excede un simple rito litúrgico ante la propuesta de celebrar el oficio al Corazón de Jesús; lo resalta el P. Eudes cuando quiso añadir un signo palpable de misericordia a la fiesta.

Esto denota en el padre Eudes, un hombre que, inspirado por el Espíritu, no solamente se quedó contemplando una liturgia celestial – olvidándose de la realidad de pobreza en que estaban sumergidos muchos de sus hermanos. Por el contrario, es un hombre orante – contemplativo, con mística, pero sobre todo un hombre sensible CON CORAZÓN DE PASTOR ante el sufrimiento y dolor del oprimido.

De esta manera, lo expresará como desafío a todos sus hermanos de comunidad; invitándoles a sentar a su mesa comunitaria a doce pobres, de los verdaderos indigentes de la ciudad. No se trataba solamente de realizar un gesto de mera sensibilidad social.

Quiso expresar a través del amor y el servicio a los pobres, imágenes vivientes del Señor en la historia, la realidad del amor redentor que estaban celebrando. HOY QUE GRAN DESAFÍO TENEMOS LOS EUDISTAS.

¿Qué enseñanzas nos deja San Juan Eudes al instituir esta fiesta al Sagrado Corazón de Jesús?

Sin duda, que sigue siendo luego de 350 años para todos los fieles devotos un gran compromiso de ir aún mucho más allá. Pasar de la contemplación – mística a la acción pastoral será siempre un gran desafío como cristianos. Provocación que llevará a concretizar en obrar y en actos sensibles la misericordia de Jesús.

Es oportuna la expresión de Mons. Lisandro Rivas, Obispo auxiliar de Caracas cuando el sábado 15 en el templo del Sagrado Corazón de Jesús expresó radicalmente:

“Para amar no son necesarios bonitos discursos sino obras de Misericordia”. Expresión que debe resonar en nuestro corazón ante el auge de servicio que hoy se ha venido despertando en nuestras iglesias locales por medio de nuestros laicos. El servicio debe estar acompañado de los sentimientos que brotan del corazón de Jesús; sino es así, será un servidor más que ha avivado su ansia de sentirse útil humanamente, y poderoso; pero lejos de hacerlo con los sentimientos del Corazón de Jesús.

Querida familia, ante esta realidad, nos vamos adentrando a lo que verdaderamente significó el propósito que inspiró a San Juan Eudes instituir esta fiesta litúrgica en honor al Corazón de Jesús. Por tanto, nadie discute hoy la paternidad histórica de Juan Eudes respecto del culto litúrgico a los corazones de Jesús y María. No reconocerlo sería ignorar la historia y los hitos sagrados que le llevaron a realizar tal acontecimiento. Acontecimiento marcado no solamente como un acto litúrgico más; sino suceso provocador que se imponía ante los ataques de la perversidad del mundo que le acusaban de hereje. Todo esto nos lleva a pensar en la audacia de Juan Eudes, y sobre todo en su humildad de corazón para poder soportar las contrariedades que halló en su camino de fe.

Más tarde, al releerse la historia desde una perspectiva no solamente humana, se hace justicia cuando los acontecimientos de leen desde la perspectiva de Dios.

los Pontífices san Pío X y Pío XI lo llamaron además DOCTOR y PADRE de este culto por su contribución a la reflexión teológica en este campo. Y su reflexión dio base segura a la devoción que difundió entre sus contemporáneos, lo que lo constituye en su Apóstol.

Antes de Él, seguramente su Maestro BERULLE, habló del Corazón de JESÚS, expresión que utilizó como lenguaje de su doctrina sobre el Verbo encarnado. Juan Eudes, en cambio, ya en la madurez de su vida espiritual centra lo mejor de su pensamiento sobre el Misterio de Jesús y de María, en el símbolo del corazón. Sin embargo, para él lo fundamental es la Persona misma de Jesús y María.

El recurso del simbolismo del corazón en ningún momento puede opacar la totalidad del Misterio de la PERSONA DE JESÚS. Quiere sólo penetrar en ese misterio y expresar lo más genuino del amor de Dios Padre, de Jesucristo, verbo encarnado, de su Espíritu, del asocio de María a la obra divina de la salvación. El Corazón aparece, así como el centro de las definiciones y de la entrega de Dios al plan salvador.

Esto nos lleva a entender, que San Juan Eudes, no ofrece la doctrina del Corazón a sus hijos desde la perspectiva meramente sentimental. Él va mucho más allá de un corazón de rosas, o de espinas traspasado por una espada de dolor. La expresión del corazón traspasa una sublime devoción y responde y desafía una estructura de pensamiento meramente racional. Es sin duda una novedad que irrumpe y penetra una realidad donde a gritos se necesita de la experiencia del amor de Dios y de su misericordia infinita que brota de su Sagrado Corazón. “llamas sagradas del Corazón de mi salvador, venid a encender mi corazón y el de todos mis hermanos”.

“Quien me diera hundirme en este fuego. Oh Madre de Jesús, ángeles, santos y santas de Jesús, me entrego a todos ustedes y les entrego también a todos mis hermanos y hermanas y a todos los habitantes de la tierra para que nos sumerjas en lo más profundo de esta hoguera de amor”.

Querida familia, hoy con justicia, ante la gran herencia dejada por san Juan Eudes ha sido llamado Padre, Doctor y Apóstol del culto litúrgico a los sagrados corazones de Jesús y María. El profeta del corazón que anuncia desde la experiencia mística y contemplativa un mensaje de salvación que brota del corazón de Cristo.

Que en este día al conmemorarse los 350 años de haberse celebrado la Eucaristía en honor al Sagrado Corazón de Jesús por nuestro Santo fundador San Juan Eudes, podamos unirnos en oración como familia para reavivar nuestra fe y nuestra entrega al servicio de Cristo y de su iglesia. Que el corazón de Jesús nos ayude a seguir siendo fieles constructores del Reino y así, poder llevar a cabo todos los proyectos que tenemos en el corazón.

Viva Jesús …. Viva María … en nuestros corazones.

P. RAFAEL VILORIA, CJM

SUPERIOR PROVINCIAL DE VENEZUELA

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