HOMILÍA EN LA EUCARISTÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS POR EL INICIO DEL AÑO JUBILAR POR EL CENTENARIO DE PRESENCIA DE LA CONGREGACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD DEL BUEN PASTOR EN VENEZUELA.


Apreciados hermanos, hoy celebramos con alegría el inicio del año jubilar por el Centenario de la Presencia de la Congregación de Nuestra Señora  de la Caridad del Buen Pastor en Venezuela. Nos regocijamos en el Señor al estilo de la Virgen María, por las obras maravillosas que Dios sigue realizando en nuestras vidas, en nuestra Congregación y en toda nuestra Iglesia. Cortas serán las palabras a expresar porque brota del corazón un poema de gratitud al experimentar tantos beneficios de la mano de Dios.

        Un cordial saludo a nuestro párroco el P. Franklin Echenique cjm, a todos nuestros hermanos sacerdotes presentes, a nuestros jóvenes formandos. A todas nuestras hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, superioras locales, miembros del Consejo general, fieles todos que hemos venido caminando con el testimonio de servicio que se ha desempeñado a lo largo del siglo.  Bienvenidos todos.

        Todo un recorrido histórico se describe entre luces y sombras guiado siempre de la mano de Jesús Buen Pastor y del Celo Apostólico de Santa María Eufrasia Pelletier, quien desde sus pláticas espirituales invitaba a sus hijas amadas a contribuir a la salvación del mundo.

        Un gran desafío, una gran aventura, un gran compromiso se despertó en el corazón de mujeres que descubriendo su vocación hacia la santidad respondieron con firmeza e ilusión a la tarea de dejarse guiar y conducir por el Buen Pastor, quien sigue dando su vida por la salvación de la humanidad. Además, quien sigue convocando día a día a ser sus imágenes vivientes.

        Que gran compromiso: “hacer el bien queridas hijas, teniendo los pensamientos, sentimientos, afectos del Buen Pastor. Palabras de Santa María Eufrasia que no se cansa de repetir insistentemente: “Jesucristo es el Buen Pastor, es el modelo que debemos tratar de imitar para adquirir la perfección de nuestro estado. Puesto que él se dignó asociarnos a su obra y nos ha colocado, para hacer sus veces, en el redil en donde ha reunido tantas ovejas infortunadas, es deber nuestro formarnos según su espíritu y vivir su misma vida”.

        Todo un gran ideal, todo un gran sueño se nos despierta como lo diría San Pablo a la comunidad de Filipenses: “Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo. El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre, se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz”.

        Que estas palabras nos ayuden en este día a renovar nuestro compromiso, nuestra consagración, nuestra opción de vida, en memoria de tantos hermanos y hermanas que han respondido con fidelidad y lealtad a las palabras de Jesús Buen Pastor. Y qué como Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, obedientes al celo apostólico, vivan conformes a las enseñanzas inspiradas por el Espíritu y sigan aprendiendo con docilidad a responder con corazón generoso, atento y disponible a la escucha de Dios en medio de nuestro pueblo. Siendo capaces de discernir los signos de los tiempos.

        Vamos rumbo queridas Hermanas a los 100 años de su presencia de vida consagrada en la Iglesia Venezolana. Toda una historia escrita: “velando cuidadosamente por las hijas cuya custodia Dios les ha confiado. Descubriendo sus necesidades espirituales y corporales, conduciéndolas prudentemente a los pastos del espíritu, propios del estado y condición de cada una de ellas. Por eso es esencial que estén vivamente identificadas del espíritu del Instituto, el cual les sugerirá la manera exacta de desempeñar una misión de tanta importancia.

        Palabras de la Madre María Eufrasia, que no dejan hoy de tener una vigencia de seguir resonando ante los grandes compromisos que se requieren en la Venezuela de hoy.

        Hoy más que nunca la Iglesia les solicita, la Sociedad les necesita para que sigan siendo reflejo vivo de la bondad de Dios, antorchas que ardan llenas de espiritualidad llevando las tiendas de la esperanza a donde andan tantas ovejas descarriadas que esperan ser conducidas y ser reintegradas al redil del Buen Pastor.

        Mientras exista una oveja perdida en nuestra sociedad y en el mundo las Hermanas de Nuestra Señora de  la Caridad del Buen Pastor aún tienen oficio que desempeñar. No están desempleadas. Ustedes tienen que estar en todas partes donde haya almas que salvar. Y aquí en nuestro país hay muchos corazones heridos que necesitan la salvación y la misericordia de Dios.

        Quién dijo miedo, no se acobarden, aún tienen mucho que dar y qué ofrecer porque el carisma sigue vivo, se actualiza, cuando vemos sus rostros deseosos de seguir diciendo sí a la voz del Maestro. Como nos diría San Juan Eudes: “Vengan dediquemos el tiempo que nos queda al servicio del maestro”. Expresión que nos anima a seguir respondiendo con prontitud al servicio del Reino.

        Queridas hermanas, hoy iniciamos junto a toda la Iglesia Universal un Camino de Sinodalidad. “Con Corde magno et animo volenti” seremos testigos de estos 100 años de presencia en la Iglesia Venezolana. Somos los testigos oculares de este hermoso acontecimiento que muchos hermanos y hermanas fueron capaces de construir y sembrar con humildad de corazón. Nos queda en el corazón el sentimiento de la gratitud, de la gratuidad; que no es otro, que el  tener memoria agradecida que nos complace a seguir haciendo el bien y desgastarnos por el otro en medio de nuestro carisma institucional.

        “Nuestra tarea es difícil, pero es grande, noble y divina, a los ojos de la fe. No debemos acobardarnos por los obstáculos. A veces Dios mismo los pone ante nosotros para reavivar nuestro Celo cuando nos tienta la tibieza. El objeto de nuestros pensamientos, deseos, palabras y acciones debe ser la salvación de nuestras queridas ovejas, a ejemplo de nuestro Salvador, cuyos pensamientos, deseos, palabras y obras no tenían otra meta. Por lo demás, las maravillas que obra a menudo en ellas nos muestran claramente cuánto desea su salvación”.

        Queridas hermanas, felicitaciones hoy en estos 99 años de su Presencia en nuestra Iglesia Venezolana. Feliz inicio del Año Jubilar. Es preciso despertarnos y seguir abriendo caminos, de paz, justicia y amor. “Todos somos pastores, no debemos permitir que nos aprisione un pedazo de tierra”. FELICIDADES.

Amén.

P. Rafael G. Viloria M cjm

Superior Provincial

27 de junio 2024

Parroquia SJE el Marqués.


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